Las primeras conversaciones llenas de terceras personas que con cada segundo me parecían más difuminadas en el fondo de la imagen con ideas compartidas o sugeridas, ideas en común, las intercambiadas, las debatidas, las ganas de compartir cosas, de conocerte.....la duda...
Cada cigarrillo prendido con mi encendedor entre tus manos trataba de alcanzarte, de ver si eras real o fantasía ......y las huellas que dejé como migas de pan en cuento de hadas, para que me encontraras, para volver a verte, iniciaron la búsqueda..... la primera charla a solas, desconcertarte, nerviosa...prologo.
Hasta que,... sin aviso alguno, en un momento aparentemente sin importancia, un pequeño detalle, que ante los ojos de nadie tiene significado, me deja pasmada ante la certeza de que eres tu,...que sin estar del todo preparada, siempre fuiste tu. Y ese momento de amor puede ser inoportuno, muy pronto, a destiempo, cuando aún no sería adecuado decir ni hacer nada, cuando aún no es posible que venga un sí, pero es familiar como sin inicio.
Y aunque siempre estuvo ahí, cuando ese pequeño detalle me hizo descubrir todo su peso, toda la magnitud de los sucesos, del destino, de la osadía de encontrarte, respiro sumergida en tu mirada, con la certeza de que simplemente: Somos. Seremos.
Porque eres mi último primer beso.